jueves, 28 de marzo de 2024

Dormir y comer en Óbidos


   Óbidos, localidad medieval declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, es una de las grandes joyas arquitectónicas y urbanísticas del oeste Portugal.

    En mi opinión, dada la variedad de posibilidades y el gran abanico de atractivos que atesora y podemos ver (urbanísticos, culturales, gastronómicos, festivos, literarios, etc.) exige más de una mañana o una tarde conocer con cierta profundidad rincones, calles, historias, anécdotas y curiosidades. 

    Sé que muchos turistas apenas dedican medio día por razones de tiempo. Sin embargo, Óbidos merece más. Agradecerán este consejo.



    Pasearla es todo un aprendizaje que exige tranquilidad para empaparnos de cuanto nos rodea. Es conveniente, en consecuencia, pernoctar al menos una noche, más aún cuando a pocos kilómetros tenemos el inmenso océano Atlántico (con playas de ensueño) y destinos tan fascinantes como Baleal, Peniche o Caldas de Rainha. 



   Por este motivo, es una buena opción montar nuestro particular "campo base" en la localidad de Óbidos para, desde allí, irnos moviendo por los alrededores




     El hotel Josefa d'Óbidos (josefadobidoshotel.com) es una magnífica elección. Estuve recientemente y, si tuviera que volver, no dudaría en decantarme de nuevo por él. Un alojamiento con alma propia que respira tradición y culto por agradar al huésped.




    Situado junto a las murallas, su ubicación es inmejorable. Estamos próximos a la gran puerta de entrada de la ciudad medieval y ofrece todo aquello que el huésped puede necesitar. 




    Un cuatro estrellas, en lo que fuera una antigua Albergaria, ahora preparado para ser el lugar perfecto de descanso tras una ajetreada jornada por estas latitudes de Portugal. No es extraño que este clásico alojamiento se encuentre entre las primeras preferencias de los viajeros que deseen pasar la noche por aquí. 



    Habitaciones amplias -varias con terraza propia- y muy cómodas (unas treinta incluyendo algunas suites), perfectamente situado a la entrada de la ciudad, buenos amenities, una atención personalizada y una inmejorable relación calidad/precio son también bazas que deben tenerse en cuenta.




    Así es, estas credenciales se ven aumentadas con la existencia de un bar (de aires británicos con su correspondiente mesa de billar) en el que tomar una copa tranquilamente para comentar el día, el restaurante Lumen donde nos sirven el desayuno (y se preparan comidas bajo reserva) o la existencia de plazas de aparcamiento gratuitas en la puerta del hotel.

    A todos los que disfrutamos viajando nos agrada leer, nada más entrar en la recepción, unas palabras que se encuentran grabadas en una de las paredes de este hall de entrada. Dicen así: "Viajar? Para viajar basta existir"


 

   Fueron escritas por el gran Fernando Pessoa. Un personaje ciertamente polifacético (dramaturgo, poeta, filósofo, traductor, empresario, comentarista político, etc.)  célebre, en el ámbito literario especialmente por sus heterónimos.     

     Hay, desde luego, en esta primera sala del hotel un evidente homenaje a grandes escritores portugueses a través de una pequeña biblioteca y distintas esculturas y bustos de personajes tan universales como José de Sousa Saramago (premio Nobel de Literatura) o el mismo Pessoa.



    Leyendo estos días algunos comentarios de personas que han pernoctado en Josefa D´Óbidos se aprecia que existe un hilo conductor común en todos ellos: el amable trato de todo el personal que allí trabaja y su sobresaliente ubicación

    Se preguntarán por la razón del nombre del hotel. Les adelanto sólo algunas pinceladas sobre esta mujer, artista adelantada a su tiempo, que, aunque nacida en Sevilla, pasó la mayor parte de su vida en Óbidos. Una curiosa biografía que merece ser conocida. Una figura imprescindible si se quiere conocer el barroco portugués.



   Para resumir cuanto he escrito, quiero trascribir, por lo explicito, el comentario de un huésped español en el que, en pocas palabras, sintetiza muy bien su experiencia en este hotel: Habitación espectacular. La ubicación del hotel es perfecta, justo a las afueras de la muralla. Las recepcionistas hablan perfectamente español. Muy contentos.



    No podemos olvidar (ya que tenemos el lugar donde descansar) un restaurante para comer que ofrezca, a un precio asequible, una comida variada y de calidad





     Recomendaría el único, hasta el momento, buffet de la ciudad donde -por un importe francamente competitivo- tenemos una amplia variedad de comidas (aperitivos, carnes, pescados, arroces, verduras, sopas, pastas, diversos dulces, frutas, etc., etc.). 

    Un amplio local con gran capacidad, situado en la parte baja del hotel Josefa D´Óbidos, ideal para reponer fuerzas en un ambiente agradable

 


        No olviden este nombre: Restaurante Buffet Antonius


    

    Así pues, en el día de hoy mi sugerencia, basada en mi paso por esta preciosa ciudad amurallada, es este magnífico tándem: Hotel Josefa D´Óbidos y restaurante Antonius



    Acabo estas líneas poniendo el audio que grabé el 24 de marzo de 2024 para el programa "Piérdete y Disfruta" de la periodista Pilar Carrizosa, sobre la Feria Internacional del Chocolate de Óbidos. Un evento al que acudieron miles de personas que debe estar en la agenda de todo viajero que desee conocer esta parte del centro/oeste de Portugal. 



Pierdete y Disfruta (@PyDisfruta) con Pilar Carrizosa (24/03/24) - Pierdete y Disfruta - Podcast en iVoox (comienza en minuto 13,37)




sábado, 23 de marzo de 2024

Óbidos también sabe a chocolate



    Hay palabras y hay imágenes que se asocian a determinadas localidades. Sólo mencionarlas nos recuerdan a ellas. Si hablo de la Torre Eiffel, rápidamente pensamos en París; si menciono la Puerta de Alcalá, todos “viajamos” a Madrid o si, por ejemplo, escribo la palabra Atomium, ya sabemos que me refiero a Bruselas. 



     En el día de hoy, a través de estos renglones, viajaremos a una de las ciudades medievales más bonitas de Europa. Se encuentra en Portugal, a unos ochenta kilómetros al norte de Lisboa. Me refiero a Óbidos, declarada por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad. Una localidad estratégicamente situada que fue erigida sobre un promontorio que domina la llanura circundante.



    Óbidos (uno de los grandes reclamos turísticos de la zona central del país) es historia, son sus murallas y su castillo, es la iglesia de Santa María, es la cercana “lagoa” y es, entre otras muchas cosas, ese precioso y sinuoso callejero empinado que conforma su urbanismo



    Casas blancas, con bordes azules y anaranjados claros, que se suceden –a veces, de manera laberíntica- en el interior de un recinto amurallado de kilómetro y medio de largo.  Sin duda, y así se ha escrito en muchas ocasiones, uno de los pueblos más bonitos de Portugal




    Sin embargo, hay otra imagen que muchos portugueses la asocian inmediatamente con Óbidos, quizás más desconocida para el gran público: el chocolate. 





    Así es, aquí se celebra la más famosa fiesta de chocolate de Portugal y una de las más importantes de Europa. Un festival, ya consolidado, que ahonda sus orígenes en el año 2002. 



    Este año, entre el 1 y el 17 de marzo (de viernes a domingo), miles de personas, especialmente los más golosos, no se han perdido este evento anual que sobrepasa las fronteras del país. Una cita ineludible para los amantes de este alimento. Se calcula que alrededor de doscientas mil personas han pasado, durante tan dulce certamen, por Óbidos atraídos, además de por sus encantos urbanísticos e históricos, por el Festival Internacional del Chocolate. Como suele decirse, en estas épocas Óbidos huele a chocolate. 






    El chocolate, en sus diferentes versiones y presentaciones, como protagonista, como foco de atención y atracción de multitud de turistas. Sesiones informativas, construcciones y estatuas de chocolate (verdaderas obras de arte en las que podían verse representaciones del Palacio Nacional da Pena, de la Torre de Belén, del Santuario de Fátima o de la torre de los Clérigos de Oporto), showcooking con prestigiosos chefs y pasteleros, concursos (de recetas, de cócteles de chocolate, de pasteles, …), cursos de cocina, zonas para niños, conciertos musicales, exposiciones o presentaciones. Un completo programa que en esta edición estaba dedicado a la riqueza y diversidad de la “Portugalidade”.





    En definitiva, un participativo evento al que acudir anualmente, que no es más que una muestra de la importante agenda cultural que tiene esta pequeña localidad. Por citar algunos, el Mercado Medieval, el Festival de Ópera, la Semana Santa, el Festival Literario, Latitudes (que mezcla literatura y viajes) o el imponente programa de Navidad que cada año engalana la ciudad amurallada.



    Así pues, piensen en Óbidos no sólo por la riqueza histórica, arquitectónica e urbanística, sino también por ese denso programa de actividades de la más diversa índole que el viajero puede disfrutar.  No hay que olvidar que en el año 2015 la UNESCO le otorgó el título de “ciudad literaria”



    Como consejo final, si todo este cúmulo de argumentos son suficientes para visitarla, déjense endulzar el recorrido por sus calles y rincones con una buena “ginja”, la bebida por excelencia de Óbidos.



    De intenso color rojo oscuro, se sirve en una pequeña taza de chocolate. Todo un clásico que no hay que dejar de probar. 



Datos útiles

Web:   Página de inicio - Festival Internacional del Chocolate de Óbidos (cm-obidos.pt) 

¿Dónde comer?: Restaurante Buffet Antonius. Magnífica relación calidad/precio.


 

¿Dónde dormir?:  Hotel Josefa D´Óbidos. Un recomendable cuatro estrellas ubicado junto a la muralla.  Josefa d'Óbidos (josefadobidoshotel.com)






    Finalizo indicando que este reportaje se publicó en la web del diario español LA RAZÓN el 21 de marzo de 2024. Os dejo el link: